Según explican los neurocientíficos el problema radica en los muchos canales visuales encargados de analizar el tamaño, la claridad, el brillo y la ubicación de diferentes objetos. Así el caso de la Mona Lisa, depende del canal que le envíe la información primero a nuestro cerebro, es decir, algunos canales verán una sonrisa, mientras que otros no.
A veces un canal le gana al otro y vemos una sonrisa. A veces otros le ganan y no vemos una sonrisa.
Aceysele
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